miércoles, 22 de enero de 2014

VERDOR

Una verde mañana, cuyas flores, rojas, como un rubí, como la sangre, acunaban al sol, a cielo abierto, desperté, con el blanco del lírio, en la retina abierta. Y, ya no tuve miedo del instante traidor, del fuego repentino, porque me di cuenta de que podía apagarlo, con un simple gesto de mi mano.

No hay comentarios:

Publicar un comentario