martes, 14 de enero de 2014

LA VISITA

Rulfo Entrialgo estaba en una nube. Él, aquel hombre destartalado, que nunca llegaría a nada, dado su apocamiento natural, según todos los que, alguna vez, le trataron, siquiera someramente, se sentó, como presidente de Murga, un país adelgazado, tras la crisis, lleno de medianías, apaños y corruptos, de los cuales, él mismo era el ejemplo más sangrante, excepción hecha del rey, de la reina y de todos los hijos de vos, que les fueron naciendo, se sentó, como he dicho, frente al presidente Collins, en el despacho oval. Y, allí, entre puros y risas, jugaron a que arreglaban el mundo, aunque lo dejaron, como siempre, hecho una mierda.

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