sábado, 25 de enero de 2014

MAMÁ

Ya era de noche, en Calima, cuando Tatiana abrió la puerta, envuelta en una bata azul celeste. El niño, que se despertó, con el timbrazo, lloraba, en la habitación del fondo. Ella, que no se sorprendió, al ver a la policía, al otro lado, pues, supuso que Maurice la había denunciado, por sacar a Pierre, su hijo, su bebé, ilegalmente, de Bélgica, recogió las cosas, siempre con los ojos de los agentes encima. Por fin, entraron al cuarto del pequeño. Estaba empapelada con motivos fantásticos. Gnomos y pegasos les miraban, desde todos lados. - Se ha hecho pis- afirmó Lucía, al levantarlo, a peso- -Déjenme cambiarlo,- pidió la madre, quien, tomándolo, de manos de Lucía, se dirigió al baño y cerró la puerta. Juanjo quiso seguirla. Pero, su compañera le convenció de que 6 manos sólo contribuirían a poner nerviosa a la chica. Un perro ladró, triste, cuando, media hora después, la luna de Calima se tiñó de la sangre de Pierre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario