viernes, 17 de enero de 2014

SORPRESAS

Al volver a Murga, Rulfo Entrialgo quedó patidifuso, viéndose retratado en EL FOCO, un diario serio,de tirada nacional, no por haber subido los impuestos, por corrupto, o, por haber promulgado una ley, para que los amputados pagasen sus prótesis, los enfermos, sus medicinas y las abortantes, sus abortos. No, a eso, ya estaba acostumbrado. Esta vez, le habían sacado a él, el puritano, el santo, el que no se perdía la misa del domingo, junto a su familia, de portada. Al gran hombre de estado, chupándole una teta, cual hambriento bebé, a una tierna y rubia muchacha, que, más parecía una meretriz, una puta, en Román paladino, que su mujer, o, su madre. Tapándose el rostro, con las manos, suspiró, al comprender que la había cagado.

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