martes, 2 de junio de 2015

TROPIEZOS

Hoy no escribiré sobre ninguna meditación, sinó, sobre la ira, mi ira. Hoy, la he soltado, estúpidamente, como un río que anegado por las lluvias, brama, fuerte, contra alguien m´´as débil que yo. La rabia ha tomado el control y me ha empujado a decir cosas, que, siendo sincero, no puedo decir- que no sintiera. Pero, olvidé que el Budda dice que, cuando algo es ofensivo, aunque, en parte, sea verdad, si lo dices enfadado,o, iracundo, no ayudarás, sinó que dañarás. y, yo, hoy, he dañado, no, sólo, a mi hermano, sinó, mi práctica. Damapada: Quien piensa: Me dañó, me insultó, me golpeó, todavía no se ha liberado. Por eso, y, lleno de control y de consciencia, todo lo vacío de ego, que puedo estar, pido perdón a mi hermano, al Budda, al Darma y a la Sanga. Además, prometo, solemnemente, no volverlo ha hacer, pronunciando un voto, aquí y ahora, para refrenar mi lengua.