domingo, 31 de mayo de 2015

LA MENTE DEL PRINCIPIANTE

No te preocupes, si al principio, sientes que tu mente se dispersa, sin aquietarse. Es normal. No te riñas demasiado, por ello. Dentro de la tradición budista hay una imagen, que define, perfectamente, este tipo de mente inquieta. Se afirma que la mente es como un mono salvaje, que salta, de acá, para allá, olisqueándolo todo, agarrándolo posesivamente, pero, despreciándolo, encuanto sus ojillos, o, su nariz, detecta algo nuevo. Si violentas a un mono salvaje, te morderá. del mismo modo, si te enfadas con tu mente, porque ella va por su lado, pensando, por ejemplo, en la compra semanal, mientras, tú quieres meditar, ella se enfadará contigo, sacándote, a mordiscos, de la práctica y causándote frustración. Aveces, es más útil agarrar al primate travieso, suavemente, de la mano, redirigiendo nuestra atención al cuerpo, que, como dijimos, en el post anterior, es nuestra única casa inexpugnable. Allí, nada puede hacernos daño.

sábado, 30 de mayo de 2015

RECORRIDO DEL CUERPO

La meditación es la herramienta que nos ayuda a ver los apegos, como en un espejo. Cuando un budista medita, se está enfocando sobre si mismo, sobre sus venenos y virtudes, para atenuar los primeros, acentuando las segundas. Una de esas virtudes es el sosiego, que nos ayuda a ver las cosas con perspectiva. Para esto, sería bueno tendernos, boca arriba, con las palmas hacia abajo, en un colchón. Y, allí, tranquilamente, ser consciente, durante, al menos, 10 minutos, de todo tu cuerpo. deja que la respiración lo recorra despacio, como la maréa alta, hasta cubrirte entero. No temas ahogarte, no hay peligro. Estás en el cuerpo, tu verdadera casa.

viernes, 29 de mayo de 2015

EL CESE

El sufrimiento cesa, según el cen, cuando comprendemos y aceptamos, mediante una práctica meditativa diaria, que cabalgamos el viento, sin nada a lo que aferrarnos. Tampoco a los pensamientos, que debemos dejar pasar, como el cielo deja pasar a las nubes. Sin aferrarse a ellas, sin poseérlas, sin que manchen el telón azul, por el que transcurren. Esto es el desapego. Y, aunque, al principio, nos parezca vertiginoso, pronto nos acostumbraremos al sabor de la libertad, que surge de no tener nada, ni, bajo los piés, ni, sobre la cabeza.

domingo, 10 de mayo de 2015

EL SUFRIMIENTO

En el post anterior, expusimos las cuatro nobles verdades. Hoy, examinaremos, más detenidamente, la primera verdad: El sufrimiento. El Budda afirma que sufrir no es algo inevitable. Él sostiene que el sufrimiento brota de nuestros deseos. Cuanto más anhelemos algo, más sufriremos, si no lo tenemos. En cambio, si llegamos a tenerlo, no se saciará nuestra sed, porque, aquello que hayamos conseguido, al estar sujeto a la contingencia, cambiará, se deteriorará, desaparecerá. Y, entonces, cuando perdamos lo que creíamos tener asido, sentiremos un agudo dolor. No obstante, el Budda nos muestra la salida de este laberinto.

martes, 5 de mayo de 2015

LAS CUATRO NOBLES VERDADES

A veces, en realidad, casi siempre, sufrimos. Y, como es lógico, deseamos librarnos del sufrimiento, porque nos genera dolor. Pero, no sabemos cómo hacerlo. Pues bien, en esta serie de artículos, examinaremos lo que un príncipe descubrió, al respecto, hace, más o menos, 2500 años. Sidarta Gautama, que, posteriormente, sería conocido como: el Budda, el Despierto, entendió, tras una profunda meditación, estos 4 principios fundamentales: 1- Todo ser sintiente sufre. 2- El sufrimiento está originado por el deséo. 3- Existe el cese del sufrimiento. 4- Hay un camino, que nos lleva a ese fin del sufrimiento. El budismo es como una carretera bien señalizada, que te lleva donde dice que va a llevarte. No tienes que creérme. Ni siquiera, créas al Budda, ni a ninguna secta budista. Sólo, mira tu vida, y, si los siguientes post no te convencen, busca, compara y, si encuentras algo mejor, pruébalo.