lunes, 20 de octubre de 2014

EL VIEJO

Sentado a la puerta de su casa, sobre una crujiente sillita, de mimbre, haciendo girar, displicente, aunque, continuamente, su bastón, el viejo veía pasar, cada tarde, a un grupo de niños, 15, un día, se entretuvo en contarlos, que volvían de clase, felices, llenos de energía, con proyectos de sobra. Prácticamente, inmortales. Don Matías, con los ojos clavados en ellos, anhelaba el tiempo en que sintió aquel fuego, aparentemente, inagotable.

viernes, 17 de octubre de 2014

SIN UNA PALABRA

El silencio me ha hablado, poniendo llamas vivas, en mis resecos y apagados ojos. Rojas, eran. Las vi, serenamente, sin pasión, quemar, sin aspavientos, aquel yo, que no amaba, que caminaba, sin descubrir al otro, en cada ojéo, sin mirar al de enfrente. Y, sin embargo, Amideba, el siempre compasivo, ha roto mi corazón de piedra, transmutando, en agua limpia, mi ponzoña.

viernes, 3 de octubre de 2014

BRILLO

La consciencia es la luz, tan bella y dulce, que funde el corazón, y, lo hace agua, para que beba todo aquel que sufra, y sane de su mal. Ésta es la noble antorcha, que los protectores encomendaron a los bodisatbas. Es árdua la taréa y reseca los huesos de quien comienza a desbrozar el bosque del samsara, a machetazos. Por eso, este harapiento, que comienza a degustar la amargura del vino, que ha escogido, se postra ante Tara, la nacida de las lágrimas, la siempre compasiva, para que ensanche, sin romperlo, el latido de éste, mi corazón, para que bata al compás de todos los seres, no haciendo daño y curando al afligido. Hom Tare, tu Tare, turé, suaha.