domingo, 3 de noviembre de 2013

LILIT

Y, vio, Dios, que el hombre, Adán, estaba triste, pues, era el único ser vivo que no tenía pareja. Y, se le contristó el corazón al Señor, que sintió el pesar de su postrera criatura. Así, el dolor profundo de adán, su callada plegaria, fue asumida, por Dios, que, tomando agua y tierra, hizo barro y, con él, formó a Lilit, que, además de ser bella, como el alba, tenía el fuego de la libertad, brillando, como hogueras, en sus azules ojos, de mar abierto. Por eso, cuando el hombre, viéndola, así, como brisa de azahar, quiso tomarla, como posesión suya. Pero, ella se negó y, haciendo uso de su libertad, buscó otros paraísos.

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