sábado, 27 de septiembre de 2014

COMPRENDER

A veces, cuando, bebiendo de la búdica fuente, brota algún pensamiento amargo, que enturbia la sidártica agua, trato de apartarlo. Pero, no funciona, no sirve. El bastardo, cabezota, como su hospedero, se clava, duele y daña, como garras de fiera. Sin embargo, cuando me tiene presa la garganta, tanto que creo que me desgarrará, le miro a sus flamígeros ojos y veo que no es nada, salvo un miedo absurdo, una angustia, un deséo una envidia, que avergonzada, se cubre el níveo rostro, con sus, ya inservibles zarpas. Y, me río, al tiempo que arranco la arenisca, que pesa en mi garganta, para seguir bebiendo el agua del descanso.

jueves, 25 de septiembre de 2014

CRISTAL

Como cristal, del todo, transparente, es quien, sentado, caminando, o, comiendo, se entrega a la consciencia de ese único instante, tan claro, que ilumina el íris, con una llama imperecedera, que purifica cuerpo y mente, al tiempo que abre los ojos, al que estaba dormido, para que vea la unidad del mundo. Es entonces, cuando surge, en uno, la mirada amorosa e inclusiva, del buda, y se acaba el letargo.

jueves, 11 de septiembre de 2014

AVECILLA

Nada soy, sinó, tórtola agotada, paloma muerta, sin grano que la salve. Cuanto quisiera un ancla, un castillo seguro, para mí,en esta hora de bruma.

martes, 9 de septiembre de 2014

UNA LLAMADA

La campana de bronce está tañendo. Es un suave talán, sin estridencias. El sonido es azul, como las frías aguas de Takris. Y, llama, quedamente, al corazón del buda, que habita en mis entrañas. Que Ratnasambaba, el siempre generoso, me ayude a responder, serena y abundantemente.

lunes, 8 de septiembre de 2014

TELAR

En el telar, dibujo mi alma viva, con sedas escarlatas y purpúreas. Cada pespunte mío, y, de otros muchos, configura mi ser, sin pretenderlo. Pero, tan perfecta y libremente, se perfila, que pareciera haber estado allí, siempre, como un transparente y bellísimo diamante. Sólo, quien lo talló sabe el esfuerzo, la piel que se ha dejado, las jornadas infructíferas y muertas. Sin embargo, vale la pena labrarse un alma, que te abrigue, en el áspero invierno.