martes, 21 de abril de 2015

LA BODICHITA ES...

Una luz, un intensísimo mar dorado, cuyo compasivo nombre es impronunciable, casi incomprensible, para el que, aislándose, buscándose a si mismo, persiguiendo, sólo, su propia paz, está sordo y ciego. De modo que no escucha, ni ve, los lamentos de sus seres hermanos, allá abajo, en el lodo. Pero, tú, oh, generoso bodisatba, pese a ver claramente, como quien descorre una gruesa cortina, aquel brillante y luminoso océano de metta, has decidido fundirte con él, sin fundirte, para transparentar su fulgor, sirviéndonos de antorcha viva, en esta oscura e incesante noche.

sábado, 11 de abril de 2015

EMBROLLO

El cuento que no conté se parece a una quimera, a tantas noches de espera, a un cielo de enredaderas y a mil rosas de papel. El cuento que no conté está grabado en la luna, como en la brisa de mayo, y hasta en la crin del caballo, que vimos pasar, ayer. No me digas, que no sabes, que el cuento que no conté, lleva tu nombre cosido, con hilillos de clavel. Y, éste es todos mis secretos, y el cuento que no conté. Si no te gusta, lo siento. No me habré expresado bien, puesto que no soy poéta y mis versos son cortados. A puñados, arrancados, de un corazón que no entiende que no sea suficiente, con amar, conforme te amo.

viernes, 10 de abril de 2015

NO LO ROMPAS

No rompas el silencio, para nada. Que no se quiebre la sutil coherencia de tus pasos, andados en alambres, que fuiste trenzando, trabajosamente. Posa tu corazón en el instante, en el mutable mundo del ahora, sin que nada te atrape, hasta que veas las máscaras caer, sin ruido, al suelo. Mientras, tú sigue caminando, alegremente, por el metálico sendero, que comienza a ensancharse. Y, si, alguna vez, tienes miedos, o vértigos, apóyate en los confiables pies de los nobles que anduvieron primero, por el camino que no miente.

martes, 7 de abril de 2015

SIN ESPEJOS

La budeidad es una. Y, cuando se ve, ya no hacen falta espejos, ni picudas palabras montañosas. Es suficiente con seguir el sendero que la lámpara de tu ojo búdico te muestra. Déjate guiar, sin pretensiones, orgullos, ni deseos neuróticos. Por último, hijo mío, persevera en el cultivo de anapanasati y de mettababana. Entonces, entenderás. Y la sonrisa no se apartará de tu boca.