mares ralos
martes, 12 de noviembre de 2013
LA CUCARACHA
Estaba entusiesmado. Había conseguido, mediante la inserción de un nanochip, en su sistema nervioso, que la cucaracha se desplazase, de izquierda a derecha, de adelante, a atrás, según le diese Phil al mando. Aquello era la ostia.
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