martes, 11 de marzo de 2014

SENSACIONES

La melodía le envolvió la garganta, como una bufanda, hecha, a medida. Y, la tarareó, sacudiéndose la melancolía de encima. Cada nota, desanudó un instante, que tenía, guardado,recogido, como juguetes viejos, en cajones oscuros. Ella, se acordó de ella. Eso le alegró. El ronronéo del saxo le trajo su boca de granada, su pezón, insumiso, que siempre se escapaba, de sus barbudos y sedientos labios. Era tan dulce, aquello, tan evocador, que se sumió en la violácea cadencia, de tal modo, que sintió, clara y dulcemente, las ajazminadas manos de Eli, recorriéndole, aunque, todavía no habían dado las ocho.

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