martes, 17 de septiembre de 2013

TIEMPO

Espada roma, desgastada por huracanes podridos que, ahora, ya no pasan. El tiempo de tus luchas ha pasado. Ya no matas demonios. Las cantigas que te glosaban, destacando el valor, la gallardía, que, forjada en tu acero, se enfrentó contra monstruos olvidados, ahora, como niños cansados, duermen, en bibliotecas, que no consulta a nadie.. Así, olvidada, mueres, cada día, como un viejo y anquilosado diplodocus.

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