lunes, 30 de septiembre de 2013

EL ESPECTRO

En el calabozo, Julia trató de conciliar el sueño. Pero, el chasquido constante de una soga rota y el borbotear de aguas inexistentes y los ronquidos estertóreos de la pequeña Marta, mientras se ahogaba, martillearon tanto su conciencia, que sintió como se le encharcaban los pulmones. - Quieres asfixiarme, hija de puta- gritó, desesperada-

No hay comentarios:

Publicar un comentario