mares ralos
miércoles, 11 de septiembre de 2013
HUMO
Respiro, el aire ahumado rellena mis pulmones, atascados por la salmuera. Silenciados, los ojos ya no fluyen. La cicuta ha mordido mi vientre, como un tiburón blanco. Me pudro, ensayando un grito sordo, cuyas esqinas se inundan de ponzoñosa sangre.
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