viernes, 6 de septiembre de 2013

MIRA

Pasan, las cosas pasan. Realidades de espuma. Pompas de jabón, palomas muertas, que duran un segundo en nuestras manos. Las imágenes de niños huesudos, hambrientos, hasta el alma, de ancianos solitarios, sin pensión, de jóvenes grises, que tienen que emigrar, porque los descuideros de poltrona, una de aquellas noches, como cualquier otra, decidieron robarles el futuro, impactan las retinas, al instante. Eso sí, nunca van más allá. El cerebro es un lobo que duerme, acrítico, ante el gran desastre.

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