lunes, 16 de septiembre de 2013

ADN

Carta en mano, Ricardo se presentó, nada más descollar el día, en el cuartel de la guardia civil. En cuanto lo vio, el capitán Ortega le sirvió un té y le dijo, como si hablase con un viejo amigo: - La jueza, por fin, nos ha autorizado a cotejar el A.D.N. Vamos a capar a ese puerco.

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