viernes, 27 de septiembre de 2013

RAZONES VÁLIDAS, PARA MATAR A UNA HIJA

Julia no paró de llorar, durante el funeral. Eran lágrimas de cocodrílo, pero, nadie, excepto, Marcos, que le sostenía firmemente la mano, sospechaban la verdad. Celos y dinero. Esas eran las torcidas razones, por las que aquellos monstruos decidieron matar a su hija. Los celos de la madre ya se explicaron en el post anterior. Por eso, pese a ser la razón más profunda del vil asesinato de la pequeña, no me extenderé más. Sin embargo, está el pedestre asunto pecuniario. Resulta que, antes de morir, Don Pedro, el abuelo de Marta, le había dejado, en herencia, a la niña, 24000 euros. En cuanto Julia supo aquello, su cerebro de reptíl montó en cólera y empezó a ver a su hija como a una presa, debido a las muchas deudas que la acuciaban. Además, a Marcos, le embargarían su adorado taller, de no pagar inmediatamente, al banco, 3 letras atrasadas. Todas aquellas expúreas razones se sumaron, para que esas 2 ratas cometiesen el crímen más abyecto que uno pueda imaginar.

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