domingo, 6 de abril de 2014

UNA MANO

Klaus se despertó. Miró su mano derecha y, sorprendentemente, estaba allí, al final de su antiguo y despreciable muñón. Con una mezcla de miedo y alegría, empezó a mover, tímidamente, las falanges de esos 5 dedos, que, hacía bien poco, habían estado muertos. Y, que, un donante altruista, quiso que volvieran a germinar, en otros brazos. Precisamente, así se sentía, como esa planta, que revive, tras las primeras lluvias, de un reseco verano.

No hay comentarios:

Publicar un comentario