jueves, 24 de abril de 2014

LA SEÑAL

En pleno mediodía, el viento resopló, helado, aunque era 15 de mayo. Fue entonces, cuando los perros, de olfato hipersensible, husmearon el aire. Una atmósfera fina, quebradiza, menguante, hostil, pesada, les hizo agachar las orejas y, ladrar lastimeramente. Pero, nosotros, lerdos egocéntricos, no captamos las señales, hasta que, un año después, el sol se expandió y nos tragó a todos. Ahora, somos energías pensantes, que se consumen, en 12.000000 de grados.

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