miércoles, 16 de abril de 2014

DESPIERTO

Jauné llegó a las Chafarinas, agotado, desmayado, sin una gota de agua, en su cuerpo, pese ha haber cruzado un mar, huyendo de la sangre de Mali, de su maldito pueblo, al norte, dividido, por una cochambrosa carretera, donde vio, sin llorar, como fusilaban a su padre. Ahora, era él quien se moría, en una tierra extraña, montado en una balsa de juguete, para sortear las olas. Iba a irse, ya, cuando sintió como, las expertas manos de Manuel, le practicaban el masaje cardíaco, que le resucitó.

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