Mira, dentro de ti. Quizás, veas la nube que te envuelve, donde Mara desea que te pierdas. Son tus preocupaciones. Las trampas que te tiendes y que, antes, no captabas.
Pero, ahora, están ahí, como heladas piedras de granizo, hundiendo el corazón, como quien, a cañonazos, hunde un viejo galeón.
Sácalas, una a una. Sin prisa. Échalas fuera, serena, pero, firmemente. Dándote cuenta de que no hay nada mejor que hacer, que ser felíz.
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