domingo, 9 de febrero de 2014

EL HOMBRE MONTAÑA

Érase una vez, en Rurg, un país pequeño, entre dos cordilleras, unos hombres graníticos. Los había de blanca caliza, de azabache, de calizabache, etc... Todos, de pura roca. Pese a su aspecto, rudo, que, quizá hubiesen obtenido por comer cantos rodados, sin cocer, su corazón, de agua, era bueno, sencillo y preparado para compartir. Por eso, aquellos petriformes, tomaron terrones y, procediendo a amasarlos, como quien moldea pasteles, procedieron a crear a hombres de carne, para que disfrutasen de la belleza, junto a ellos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario