sábado, 7 de diciembre de 2013

SOMBRAS

Las flores, ya marchitas, conservaban, aún, quizás, en mi memoria, el aroma de las manos, siempre dulces, de mi abuela. La terraza, en la que, de pequeño, jugaba a la pelota y, a los bolos, sintiéndola enorme, me pareció pequeña y agobiante. Quise, entonces, sólo por un momento, regresar a la infancia, para recuperar los ojos que descubren.

No hay comentarios:

Publicar un comentario