Aúllan, fuertemente, las olas, en tu ausencia. Sabiendo, por instinto, que no vas a volver, que la estrella del sur ya no nos mira. Es por eso, que, cada noche, visten sus blancas grupas y sus ventosas crines, de negro fúnebre, de oscuridad vacía y silente, para hallar, en las rocas, un rastro inexistente, una huella perdida, un paso atrás.
Pero, no, no habrá ayer. Has roto las amarras, a pesar de que sabes que, eso, significa mi naufragio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario