jueves, 22 de mayo de 2014

SEÑOR ALCALDE

Montañas, verdes valles, colinas, sin comienzo... Así es Hucal. Un lugar sin nada más que lo necesario. La gente vive, allí, desconectada de las urgencias del mundo. Quizá, porque internet cayó, hace 9 años, y, Frías Díez, un alcalde poco común, porque habla con el pueblo, lo escucha, y anda, por sus calles, decidió, de mutuo acuerdo, con sus vecinos, no volver a conectarse. Algunos de sus conciudadanos, los que se llaman, a si mismos: cuerdos, tienden a pensar que él está loco, dado, que, siendo el primer edil, vive en media casucha desconchada. Digo media, porque la otra mitad del terreno, se la cedió, gratuitamente, a una familia pobre. Otra rareza, del señor alcalde, es que cede el 90 por ciento de su sueldo, a un programa municipal, que ayuda a los vecinos pobres. Tiene un 4 latas, al que llama: El Quejoso, debido a que anda, siempre tosiendo. Pero, aun estando viejo, se mueve, transportando al alcalde, dignamente, a la cantina de Rosario Blanco, donde la vieja agasaja al alcalde, como a todos: Con un caldo de gallina, fideos y frijoles, aderezado con sal, azafrán, media guindilla y una desdentada sonrisa. Así, con poco, se es felíz, en este extraño pueblo, de irreductibles galos, si se me permite robar esta frase a la voz en of de Asterix.

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