No, no creo en un dios, en cuyo nombre, se saca a unas niñas, de sus cuartos, se las viola y, se las vende, como esclavas.
En cambio, creo en el Dios que crece, dejándote crecer, como a una magnolia, lenta, constantemente. Sin pecado, ni, miedo, ni, prejuicios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario