martes, 27 de mayo de 2014

EL TATAGATA

Tras la meditativa noche, el tatagata apoyó su mano en la tierra, abrió los ojos y vio el mundo tal y como era. Que, dentro fuera, arriba, abajo, bueno, malo, nirvana y samsara, eran clasificaciones de la mente, convenciones absurdas. Y, aquella suprema verdad lo libertó.

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