domingo, 26 de julio de 2015

ATARDECE

Cae la tarde y, en el sol rojo, en el que está ocultándose, tras los mil edificios de la ciudad sin nombre, se transluce Amitaba, como fogosa llama, que ama, sin deséo, sin decir: - Eres mío- Sin que nadie destruya la belleza, ni, ponga condiciones restrictivas.

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