martes, 29 de octubre de 2013

CARBÓN

El minero es de carne, pero, no tiene miedo. En su sangre, el carbón, como una cruel vacuna, le inmuniza, contra el temor a la parca. Cada mañana, pronto, antes de que la aurora se despierte, desciende, allá, a la mina, para extraer el pan, de sus entrañas. Pica, taladra y muele, siempre olvidado, hasta que, un día, la tierra, que, como todos, a veces, sufre de indigestión, expulsa, violentamente, matando al minero. Es entonces, cuando nos acordamos de sus pulmones, hechos mierda, de sus encayecidas manos, de sus hijos y de su mujer, cuyo silente llanto, abnegado y sereno, apuñala, silente, a los culpables.

No hay comentarios:

Publicar un comentario