lunes, 9 de marzo de 2015

RECOSTADO

El Buda se ha recostado, sobre su lado izquierdo. Su cuerpo, que, a los 80 años, se parece a una vieja carreta, ya no aguanta. Sabe que va a morir. Pero, no se ha aferrado, tercamente, a la vida. Apoyando su sien, calmadamente, sobre su mano, expira, y, ya no es el Buda, sinó, el cadáver de un Buda. Pero, antes de esto, de acabar, El Amado, El Mil veces Bendito, El Tatagata, nos preguntó, hasta en tres ocasiones, si teníamos alguna duda sobre el Darma. El silencio absoluto fue, por otras tres veces, la respuesta de la excelente asamblea. Tras aquello, levantando una tronante voz, dijo, amorosamente: - Perseveren, en la atención consciente- Fue allí, entonces, donde todos los vicus y vicunis vimos ponerse el sol azul del Buda, mientras 90000 universos temblaban.

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