viernes, 29 de mayo de 2015

EL CESE

El sufrimiento cesa, según el cen, cuando comprendemos y aceptamos, mediante una práctica meditativa diaria, que cabalgamos el viento, sin nada a lo que aferrarnos. Tampoco a los pensamientos, que debemos dejar pasar, como el cielo deja pasar a las nubes. Sin aferrarse a ellas, sin poseérlas, sin que manchen el telón azul, por el que transcurren. Esto es el desapego. Y, aunque, al principio, nos parezca vertiginoso, pronto nos acostumbraremos al sabor de la libertad, que surge de no tener nada, ni, bajo los piés, ni, sobre la cabeza.

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