Si de algo me sirve, esta mirada, es de ancla, para fijar, en mi mente, la leve y frágil rosa, que, insertada en mis manos, aferrándose, con sus100000 espinas, a mi desnudas yemas, me desgarra los dedos.
Pero, que bella es. Y, eso mitiga el fuego de la sangre derramada.
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