lunes, 16 de junio de 2014

RATNASAMBABA

Buda tranquilo, opulento señor, que, sonriendo, sostienes una preciosa joya, en tu mano. Compártela conmigo, para que, por tu generosidad, sea, yo, dadivoso. Déjame ver, con ojos de luz del mediodía, la mismidad de todo y, de todos. Alúmbralos, sin sombras, que los oculten, velando, con negruras, mis necios y prejuiciosos ojos. Descúbreme la diamantina esencia de sunyata, que, por no ser, en si, libera a la mente de todas las cadenas. Ahora, veo. Y, sé, que la esmeralda que buscaba, la que buscamos todos, no está fuera, en las cosas, sinó, dentro de cada uno. Pero, también, sepa yo, que estos conceptos son engañosos, palabras, solamente, porque no hay riqueza que ganar, ni, nada que mirar, que no esté, ya, frente a nosotros. Ni, dentro, ni, fuera, sinó, delante. Oh, noble y sonriente señor, de la mano extendida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario